Cuarta edición del repaso de Qustodio sobre cuánto y cómo consumen las pantallas los menores. Su estudio incluye la visión de los padres. Estos no esconden que también para ellos empieza a suponer un problema (48%), pero no terminan de tomar cartas en el asunto. Así, plantean algunos consejos para controlar las pantallas, aunque apelan al colegio como «asesor». Los jóvenes pasaron una media de 4 horas diarias pegados a alguna en 2022. Sobre todo videojuegos como Roblox, y otras como TikTok y YouTube.
En su informe De Alpha a Zeta, educando a las generaciones digitales, la plataforma ha encuestado a 400.000 familias con hijos de entre 4 y 18 años de Australia, España, Estados Unidos y Reino Unido. Por primera vez, han incluido también el uso de las aplicaciones educativas desde 2020. Recogen las principales herramientas de uso en casa, así como las que usaban y usan los centros educativos desde entonces.
Como en años anteriores, la encuesta categoriza las aplicaciones digitales para medir el uso que hacen los usuarios: vídeo online (streaming), redes sociales, videojuegos, comunicación y, este año, educación. Los padres terminan enterándose a través de otras familias o en las propias redes de lo que hacen sus hijos en el mundo virtual. «Es su medio natural y de descubrimiento», asienta el CEO de Qustodio, Eduardo Cruz.
Mientras, la ‘terapia’ que se pone en marcha en casa incluye historias entre el diálogo (por el que apuestan casi la mitad de los progenitores), y los diferentes niveles de control o castigo: ‘fuera pantallas’ (40%), establecer un horario (36%) o poner controles parentales (33%). Varias medidas, aunque quizás insuficientes, para un panorama en el que hasta los padres reconocen que la pantalla les está «robando tiempo con la familia» (52%). Y eso que ocho de cada diez consideran que hay que «supervisar» su uso a los niños…
Pantallas: TikTok, YouTube… ¿Roblox?
En su análisis por categorías, Qustodio resume que las plataformas de streaming se consolidan tanto en España (un 7% más de uso) como a nivel global (un 18% más): YouTube sigue bien arriba (los menores pasan unos 44 minutos diarios de media), seguida por Netflix y, subiendo, Amazon Prime. Twitch está muy de moda entre los menores, y creció mucho en la pandemia. «Ahora se modera un poco el uso»: se usa menos a nivel general, aunque quien lo usa «lo hace mucho, como Ibai o Rubius», apunta Cruz.
En las redes no hay duda: TikTok indiscutible ganador de la juventud (de 91 a 107 min/día globales), también entre los españoles, superando la hora y media diaria (96 minutos). Es la red social por excelencia de los menores, e Instagram (en segundo lugar) ahora es casi más la de los cuarentones. En tercer lugar está Snapchat (21 min/día) y después Facebook, que muestra una “gran escalada, aunque “un año sube y otro baja”, lo que explica los “aciertos y errores” desde la propia Meta. Twitter está creciendo de nuevo, pero no en el segmento de menores, donde va a la cola.
Por contra, los menores empiezan a perder interés en las aplicaciones de comunicación clásicas como WhatsApp (cae de 41 a 32 min/día) frente a las ‘superaplicaciones’ (que incluyen más de una opción a la vez). «Son más habituales en el mundo asiático, pero vamos hacia ello aquí también», matiza Cruz. Por libre van los videojuegos, un clásico entre los jóvenes, que se mantiene como el producto principal de entretenimiento juvenil.
«Llevan siendo la industria más grande del entretenimiento desde los años 80, y lo sigue siendo. En los menores es indiscutible. Viven por y para los videojuegos», asevera Cruz. Eso sí, también destaca a Roblox. Si la conoces y eres padre, vas bien. Ha crecido un 59% a nivel global y alcanza las 3 horas diarias de media; en España son 155 minutos. «Es el elefante en la habitación y nadie habla de ella», advierte Cruz, y señala que «ya es un metaverso». «Ahí están creando su universo. Es como Minecraft pero con esteroides».
«No usan apps educativas puras»
La cuestión es que hay herramientas para controlar nuestro uso, por ejemplo, del móvil (la pantalla con mayor consumo), pero el 76% de los padres no emplea ninguna. ¿Cómo van a controlar el uso de sus hijos? Si no tenemos conocimiento o experiencia con este tipo de herramientas, Cruz recomienda «hablar con el colegio». Especialmente con los educadores que llevan tecnología. «Pueden ayudar sobre prácticas y herramientas disponibles».
«Hemos querido escuchar también la voz de los educadores», comenta Cruz. Hasta 10.000 escuelas han participado en la encuesta tanto cualitativa como cuantitativamente, ha explicado en la presentación del estudio. Para ellos el centro educativo funciona como «asesor» de las familias, para ayudarlas a controlar el uso de las pantallas en casa.
El caso de las apps educativas es paradigmático. En el año del Covid los niños usaban en casa apps educativas como Kahoot! o Duolingo unos 12 minutos diarios de media. ¿Un logro teniendo en cuenta el contexto pandémico? Más bien un espejismo.
En 2021 bajaron a nueve minutos al día. Este año, a seis (un 33% menos). No es cosa de España, pues el descenso es global (un 18% menos) en este segmento de la población. Cruz entiende que esto casi era de esperar, pues «se ha perdido la educación desde casa» tras el confinamiento. «Las aplicaciones de refuerzo sí que se usan, pero no aquellas de educación formal», ha dicho.
Smartick (matemáticas y vocabulario) es la app educativa más usada por los chavales en nuestro país. A pesar del descenso generalizado en pantallas educativas, pasan aproximadamente media hora diaria con ella (26 a 29 min/día). La plataforma de aprendizaje interactivo Kahoot! ha liderado un año más el mercado estadounidense y británico (con 14 y 11 min/día, en cada uno), y queda en segundo lugar en España (13 min/día). En tercera posición aparece Duolingo (idiomas) con 10 minutos al día, y finalmente Quizlet (gamificación educativa) y Photomath como cuarta y quinta.
«Dieta mediterránea digital»
Si encomiendan a los padres a hablar con el centro educativo es porque, además de verles bastante inmersos a ellos también en la pantalla, consideran que los consejos que ofrecen en su estudio son más bien «básicos», reconoce Cruz. Eso, y que realmente no hay una receta del éxito ni una píldora mágica para esto. Conviene mirar, aprender y preguntar a quienes saben, y tratar de actuar en lo posible en casa.
Si bien es cierto que, como en las relaciones, todo esto se trabaja «en el día a día», concede Cruz. Es necesario establecer un horario tecnológico, igual que para comer o merendar, como si fuera una «dieta mediterránea digital». De noche debemos desconectar para «priorizar el sueño». Y sobre todo buscar el «diálogo» con los hijos, explicándoles los riesgos que conlleva el uso desproporcionado de la pantalla.
Empezando por dar ejemplo, «y hacerlo temprano», abunda. Otras cosas que ayudan con los menores es ofrecerles una vida offline «de calidad», e intentar compartir momentos y contenidos digitales con ellos. No es tanto prohibir, sino aconsejar, dar espacio y corregir. Los padres los primeros: Es importante que cunda el ejemplo para participar todos del beneficio de Internet, y que no suponga un problema», reflexiona.
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