Nueva ley del teletrabajo, ¿qué ahorramos y qué gastos asumimos trabajando en casa?
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Nueva ley del teletrabajo, ¿qué ahorramos y qué gastos asumimos trabajando en casa?

El Gobierno tiene un nuevo proyecto de ley en fase de consulta para regular el teletrabajo. El objetivo es crear un marco legal donde se fijen las condiciones mínimas que deberá tener un empleado que desempeña sus tareas sin necesidad de trasladarse hasta la empresa. Pero con la nueva ley del teletrabajo lo primero sería saber qué ahorramos y qué gastos asumimos trabajando desde casa.

Hasta ahora esta modalidad laboral ha sido más bien residual en España. Poco más de un 5% de los empleados la utilizaban. Pero con el confinamiento del coronavirus se ha impuesto de forma generalizada y muchas empresas se han dado cuenta que no funciona tan mal como esperaban. Alrededor de un 40% de los trabajadores lo han hecho desde casa. Pero no en todos los casos ha funcionado tan bien como debería.

¿Qué ahorramos trabajando desde casa?

Lo primero que debemos tener en cuenta es que no tenemos que desplazarnos. En función de la distancia que tengamos hasta nuestro centro de trabajo y cómo llegamos hasta allí el ahorro será mayor o menor, tanto en tiempo como en dinero. En tiempo porque en una gran ciudad el tiempo medio es fácil que ronde la hora para llegar y otra para volver. Además de los costes de transporte, que varían si nos movemos en transporte privado o público.

Luego también podemos ahorrar en comida y café, aunque este aspecto es muy personal. Si somos de los que nos llevamos la comida al trabajo, el ahorro será mínimo. Prepararemos nuestra comida previamente y como mucho si estamos en casa puede que depende de la elaboración podamos preparar al momento. Lo mismo si hacemos pausas a media mañana para tomar un café, un bocadillo, etc. Para algunos el ahorra puede ser significativo, para otros residual.

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No ahorramos en guardería si tenemos hijos pequeños. Si algo han aprendido en estos meses es que teletrabajar implica que tenemos que trabajar y no vamos a poder estar atendiendo a nuestros hijos. Por lo tanto la guardería, comedor o alguna clase extraescolar para cubrir nuestro horario laboral seguirán siendo imprescindibles.

Podemos ahorrar en ropa y su cuidado, ya que estando en casa podemos vestir de forma más informal. Pero esto no significa que podamos trabajar en pijama. Cuidado que en muchos casos teletrabajar implica una dosis de disciplina personal que debemos aplicar para que no penalice nuestra productividad, pero también por nuestra salud mental, para poder diferenciar claramente cuando estamos trabajando o cuando estamos en nuestro tiempo de ocio.

Pero no son los empleados los únicos que ahorran. A medio plazo si acaba por imponerse el teletrabajo la compañía necesita menos espacio de oficina, con el consiguiente ahorro que esto supone. A corto plazo, no será tanto puesto que los alquileres suelen negociarse durante varios años de contrato. También les supone menos gasto eléctrico o de climatización al reducir los espacios.

¿Qué gastos asumimos trabajando en casa?

Empezamos por la conexión a Internet. Cierto que muchos pueden pensar que ya tienen una conexión en casa para su ocio personal, pero no siempre tenemos una de la calidad necesaria para poder trabajar desde casa con solvencia. Si vivimos fuera del ámbito de la fibra, en muchos casos nos puede obligar a contratar tarifas 4G ilimitadas o más caras de lo que tendríamos si no trabajamos desde casa.

También implicará un mayor consumo eléctrico. No solo se trata de los equipos informáticos que tenemos conectados, el móvil del trabajo que cargamos en casa, sino también iluminación y los gastos de climatización, como la calefacción en invierno o el aire acondicionado en verano.

Pero también vamos a necesitar un espacio de la casa para habilitarlo como zona de trabajo. Ya no basta instalarlo de forma provisional en la mesa del comedor. Tenemos que destinar un lugar adecuado para estar ocho horas cada día sin que nos molesten. Y el espacio no es algo que sobre en los pisos hoy en día. Esto tiene una doble vertiente, porque si no tenemos que desplazarnos al trabajo cada día podemos plantearnos vivir en otro lugar, donde la casa sea más grande o el alquiler más barato aunque esté más lejos de nuestra oficina.

Son estos los conceptos por los que se compensa al empleado que trabaja desde casa. En muchas empresas donde ya está implantado formalmente está reconocido en el convenio colectivo, ya sea con una retribución económica, como de otro tipo.

¿Quién pone el equipamiento para montar el puesto de trabajo?

No todo el mundo tiene un portátil o un ordenador adecuado para facilitar la conexión desde su casa al trabajo. Esta es una cuestión que las empresas, si el teletrabajo acaba por abrirse paso de forma definitiva, tendrán que cambiar de hábitos, facilitando equipos portátiles con los que el empleado tenga libertad para trabajar en casa o en la oficina.

Pero no es solo esto, también una pantalla del tamaño adecuado o una silla ergonómica. Estos son dos aspectos que no tienen importancia si se trabaja de forma esporádica, pero que si lo hacemos de forma habitual la cosa cambia de forma notable. No solo hay que poder trabajar, sino hacerlo de forma cómoda y productiva durante ocho horas cada día.

En principio es la empresa la que facilita este equipamiento. Durante el confinamiento no ha sido raro que los empleados se llevaran este material a su casa. Monitores de gran tamaño o incluso la silla del despacho después de unos primeros días sentados en sillas poco adecuadas para mantener la espalda en forma durante varios días.

Regular derechos y deberes del teletrabajo

Pero si una queja existe con el teletrabajo es la pérdida de algunos derechos. Por eso esta nueva ley quiere establecer un marco que sirva de base para fijar unos mínimos. Hasta ahora lo único qué más o menos está regulado es el derecho a la desconexión digital. Y seguro que muchos de los que han estado en casa realizando videoconferencias a cualquier hora y cualquier día de la semana se pueden sorprender.

Porque el empleado que trabaja desde casa se encuentra dentro de la organización de la empresa. Tendrá un horario definido, unas tareas concretas que le irán pasando, etc. Para algunas compañías si el modelo funciona puede ser una oportunidad para contratar más gente y atraer talento sin necesidad de estar en una gran ciudad.

Ha sido una situación excepcional, pero el teletrabajo genera otra serie de problemas. Uno de ellos es poder elegir donde se trabaja en función de las circunstancias. Trabajar desde casa no tiene que ser un viaje solo de ida. En algún momento puede que sea mejor volver a la oficina, hacerlo de forma habitual, solo unas horas al día, solo unos días a la semana, etc. Hay muchas fórmulas de teletrabajo.

También ocurre que si trabajamos desde casa se pierde contacto dentro de la organización. Muchos empleados se sienten preocupados porque llegada la hora de un ascenso o un cambio de puesto no se considere su candidatura solo porque ejercen su trabajo desde casa.

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